Nadia está triste. Y es gracioso decirlo
porque lo decís y listo, ya nadie está triste, ni siquiera Nadia aunque mire
por la ventana como si ésta fuera a darle una respuesta, cuando lo único que
puede devolverle la mirada es a ella misma, repetida en un espejo sin voz.
Pobre Nadia, todavía no se acostumbra a la idea de que está sola, de que Andrés
no va a volver nunca más, y no es el nunca más del que se fue por un tiempo,
ese que uno dice pero bueno, sí, tal vez alguna vez de nuevo, quién sabe. No.
El nunca más de Andrés fue el definitivo, el de la muerte. Es que Andrés se
murió tan de repente que cuesta creerlo, y es ahí cuando el adverbio se hace
más pesado, al menos para nosotros que lo conocimos, que lo quisimos y de
pronto Andrés no está, Andrés nunca más. Cómo no entenderla a Nadia que
convivió con él tantos años y por eso mismo tan triste ahora, mirando la
ventana a ver si vuelve, a ver si alguien le devuelve a Andrés, a Andrés
querido compañero amor amigo Andrés juegos Andrés vida Andrés volvé, no me dejes
sola en la ventana, conmigo sola mirando a Nadia en la ventana.
Mercedes Soledad Moresco