Por un sinfín de razones que van de la felicidad suprema a la angustia infinita. Por que no puedo evitarlo. Por que me libera, me revela, me define.
Comienza en mi mirada o tal vez en mi corazón, no podría asegurarlo. De lo que si estoy segura, es de que su transitar salado e incontenible deja marcas en mi cuerpo y desploma mi alma.
Son pocas las veces que no me sorprende. Pocas las veces que puede vivirlo ajena a un entorno curioso o al menos que me encuentra precavida con anteojos oscuros y pañuelo en mano.
Por que no puedo negar que da cuenta de un vivir intenso, de un conmoverse, de un permitirse. De un ser auténtico y desnudo.
Por Florencia López Diez